A pesar de una financiación considerable, la investigación sobre el cáncer se enfrenta a desafíos para traducir las inversiones en avances significativos en el tratamiento. A través de este artículo intentaré arrojar luz sobre lo que presentan expertos en la materia en cuanto a las limitaciones de los tratamientos existentes y proponiendo estrategias para futuras innovaciones.
Los tratamientos fundamentales, como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, han experimentado mejoras, principalmente gracias a avances tecnológicos y una gestión del tratamiento más efectiva. Aunque estos avances son notables, persisten desafíos considerables.
Las terapias novedosas, como los tratamientos dirigidos y la inmunoterapia, enfrentan obstáculos en accesibilidad, altos costos y resistencia, dejando a una parte valiosa de la población mundial dependiente de métodos tradicionales.
Por ejemplo, los inhibidores de puntos de control inmunitario estaban disponibles solo para el 40 % de los pacientes estadounidenses elegibles en 2018, con solo un 12.46 % respondiendo al tratamiento, resaltando la necesidad de enfoques innovadores.
El ejemplo de los medicamentos dirigidos a BRAF en el tratamiento del melanoma ilustra la complejidad, extendiendo inicialmente la supervivencia de manera dramática, pero con recaídas, subrayando la necesidad urgente de tratamientos innovadores contra el cáncer.
A través de los estudios de secuenciación de células individuales, se han obtenido efectivas ideas sobre la evolución y heterogeneidad de los tumores, ofreciendo una comprensión más matizada del cáncer. Sin embargo, persisten desafíos, como la dificultad para identificar factores clave y la limitada generalización.
A pesar del aumento en las aprobaciones de medicamentos para terapias dirigidas, la tasa de supervivencia del cáncer a 5 años se mantuvo estancada de 2000 a 2014.
El envejecimiento de las poblaciones y el crecimiento demográfico contribuyen al aumento de la incidencia de cáncer a nivel mundial. Sin embargo, la disminución de la disruptividad de la ciencia y tecnología plantea un desafío crítico, ya que la investigación avanza menos a pesar del aumento en la producción de documentos.
Los rendimientos decrecientes de la ciencia y la tecnología, marcados por una menor novedad en los estudios y la predominancia del “superreduccionismo”, sugieren un posible cambio de paradigma en la investigación del cáncer.
Al redefinir la investigación del cáncer, es necesario encontrar un equilibrio entre el reduccionismo y el holismo. Abrazar enfoques innovadores y superar los desafíos planteados por las terapias existentes allanará el camino para avances transformadores, asegurando un futuro más brillante en la lucha contra el cáncer.