Enfrentar el cáncer infantil es uno de los mayores desafíos para cualquier familia. A pesar de los avances recientes en las tasas de supervivencia en Europa, persisten desigualdades significativas entre los países del continente. Este contexto ha impulsado a investigadores financiados por la Unión Europea (UE) a colaborar para mejorar tanto la calidad de vida como las probabilidades de recuperación de los niños afectados por esta enfermedad.
Uno de los principales retos radica en la disparidad en las tasas de supervivencia entre países con distintos niveles de ingresos. Según el European Cancer Inequalities Registry, en Bulgaria, la tasa de supervivencia es del 773 % mientras que en Dinamarca alcanza el 86 %. Esta diferencia de 13 puntos porcentuales representa que, por cada 100 niños diagnosticados con cáncer, 13 más sobreviven en Dinamarca que en Bulgaria. Este contraste refleja el impacto de las desigualdades económicas en el acceso a tratamientos avanzados y en las vidas de los pacientes.
Para reducir estas brechas, el proyecto TREL, liderado por la doctora Jelena Rascon del Hospital Universitario Santaros Klinikos en Lituania, ha sido un esfuerzo clave. Durante tres años, este equipo de investigadores trabajó junto a especialistas de Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos. El objetivo principal ha sido mejorar el tratamiento de tumores sólidos infantiles, incluyendo tumores cerebrales, neuroblastomas y tumores renales. Esta colaboración ha facilitado el intercambio de conocimientos y recursos, lo que ha contribuido a un incremento en las tasas de supervivencia.
Una de las estrategias implementadas por TREL ha sido el concepto de “twinning”, un enfoque que promueve la cooperación entre especialistas de diferentes países. A través de este método, médicos de países con menos recursos han tenido acceso a tecnologías avanzadas y tratamientos innovadores. Esto ha permitido que los niños incluidos en los estudios recibieran planes de tratamiento personalizados, desarrollados por equipos multidisciplinarios formados por oncólogos, genetistas y bioinformáticos de toda Europa.
En la Unión Europea se diagnostican aproximadamente 14,000 casos de cáncer infantil cada año, de los cuales unos 2,000 resultan en fallecimientos, según datos oficiales. Estos números posicionan al cáncer como la principal causa de muerte por enfermedad en niños y adolescentes. Proyectos como TREL han sido fundamentales para mejorar estas estadísticas, al garantizar que los tratamientos más avanzados lleguen a los países donde son más necesarios.
El enfoque de TREL no se limita a mejorar las tasas de supervivencia, sino que también se centra en la calidad de vida durante el tratamiento. Hasta un 70 % de los niños sometidos a quimioterapia experimentan al menos un efecto secundario grave, como infecciones, daño orgánico, trastornos metabólicos o trombosis. El intercambio de datos y experiencias entre médicos ha sido crucial para reducir estos efectos adversos, optimizando tanto la calidad de los tratamientos como la seguridad de los pacientes.
La cooperación internacional ha fortalecido la confianza de médicos y pacientes. La doctora Goda Vaitkevičienė, hematóloga pediátrica y colega de Rascon, destaca que los datos compartidos en estos estudios no solo mejoran la atención médica, sino que también brindan tranquilidad a los pacientes y sus familias. El hecho de que los tratamientos administrados sean los mismos que se emplean en otros países genera mayor confianza y seguridad, aspectos esenciales en el tratamiento del cáncer infantil.
El éxito del proyecto TREL ha garantizado fondos para una nueva iniciativa, llamada SCARLET, que comenzará en octubre de 2024. Este nuevo proyecto continuará promoviendo la cooperación entre países europeos, con el objetivo de seguir mejorando los resultados en el tratamiento del cáncer infantil. Los datos recopilados no solo benefician a los niños tratados en Lituania, sino que también alimentan estudios a nivel europeo, contribuyendo al progreso global en la lucha contra el cáncer.