Los trastornos del sueño-vigilia, a menudo presentes en pacientes con cáncer, tienen un impacto significativo en la calidad de vida y el pronóstico. Estos trastornos, caracterizados por síntomas como dolor, ansiedad y fatiga, afectan la función cognitiva, las tasas de supervivencia y la carga de la enfermedad.
Para abordar los trastornos del sueño-vigilia en pacientes oncológicos, se requiere un enfoque multifacético que incluya intervenciones farmacológicas y no farmacológicas. Entre estas, la terapia de ejercicio ha surgido como un tratamiento complementario prometedor, junto con asesoramiento psicológico y terapias adicionales.
La investigación indica que la actividad física puede mejorar significativamente la calidad del sueño y el bienestar general, sin importar el tipo de tumor o el tratamiento recibido.
Un análisis bibliométrico y visual de la literatura sobre la terapia de ejercicio en trastornos del sueño-vigilia relacionados con tumores revela áreas de investigación clave.
Estas incluyen la evaluación de la efectividad del ejercicio post-resección del tumor, la comprensión de los niveles y patrones de actividad física, y la personalización de programas de ejercicio para mitigar los efectos secundarios del tratamiento.
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Estudios recientes resaltan la correlación positiva entre la terapia de ejercicio y la mejora de la calidad de vida, el manejo de los síntomas y los resultados del tratamiento en pacientes con cáncer.
El análisis de palabras clave destaca los temas prominentes de investigación en este campo. Aspectos como calidad de vida, actividad física, cáncer de mama, fatiga y supervivencia emergen como puntos focales.
Investigaciones sugieren que las intervenciones que combinan entrenamiento aeróbico y de resistencia, junto con terapias cognitivas y conductuales, pueden aliviar los trastornos del sueño y mejorar la salud general en sobrevivientes de cáncer.
A pesar de que Estados Unidos lidera en publicaciones sobre este tema, en los últimos años ha habido un aumento notable en la investigación en China. La Universidad Sun Yat-sen sobresale como un importante contribuyente al campo, reflejando la creciente influencia de China en la investigación sobre cáncer. Sin embargo, la colaboración entre instituciones y académicos sigue siendo limitada, especialmente a nivel internacional.
Futuros esfuerzos deben enfocarse en fomentar asociaciones de investigación para impulsar la innovación y abordar integralmente los trastornos del sueño-vigilia relacionados con tumores.