Un estudio reciente realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ha arrojado luz sobre la incidencia de cáncer pediátrico en los Estados Unidos, mostrando un aumento gradual en los últimos 16 años.
Esta investigación exhaustiva, publicada en el Journal of the National Cancer Institute, utilizó datos de casi 250,000 casos reportados, brindando valiosos conocimientos sobre la prevalencia y tendencias de las malignidades infantiles.
Una de las metas principales de los médicos que participaron en este ejercicio fue comprender mejor las necesidades de los pacientes y adaptar las intervenciones de atención médica en consecuencia.
El análisis del estudio sobre las tasas de incidencia ajustadas por edad reveló un aumento anual promedio de 0.5 % en los casos de cáncer pediátrico en los Estados Unidos durante el período especificado.
Los datos se basan en niños y adolescentes de hasta 19 años de edad, diagnosticados con malignidades primarias. La tasa general de incidencia de cáncer fue de 178.3 por cada 1 millón de personas, siendo la leucemia, los tumores del sistema nervioso central y los linfomas los tipos de cáncer más frecuentes, representando un 46.6 %, 30.8 % y 27.3 % respectivamente.
Los investigadores identificaron ciertas demografías con tasas de incidencia de cáncer más altas. Estas incluían a los varones, niños de hasta 4 años de edad, niños y adolescentes no hispanos de ascendencia blanca, personas que residían en el Noreste, aquellos en el 25 % superior de los condados económicamente acomodados y los condados metropolitanos con una población de al menos 1 millón.
Aunque algunos tipos de cáncer, como la leucemia, el linfoma, los tumores hepáticos, los tumores óseos y el cáncer de tiroides, mostraron aumentos significativos, los casos de melanoma disminuyeron notablemente. Curiosamente, los tumores cerebrales mostraron un patrón fluctuante, con tasas en aumento hasta 2017, después de lo cual disminuyeron.
Varias razones podrían explicar estas tendencias, incluidos cambios en la codificación en los registros de cáncer, avances en tecnologías de diagnóstico y cambios en los factores de riesgo debido a intervenciones de salud pública.
Es crucial reconocer que el estudio examinó únicamente las tasas de incidencia de cáncer y no exploró las tasas de supervivencia o mortalidad de los cánceres pediátricos. Sin embargo, está bien establecido que las tasas de supervivencia han aumentado, mientras que las tasas de mortalidad han disminuido.
A pesar de los pequeños aumentos en la incidencia de cáncer pediátrico, se espera que esta tendencia positiva en las tasas de supervivencia continúe. Es importante que los proveedores de atención médica consideren la atención a largo plazo para los sobrevivientes de cáncer y planifiquen en consecuencia para el futuro.
Para asegurar la calidad y la puntualidad de los datos sobre el cáncer, los CDC están activamente involucrados en proyectos como el Childhood Cancer STAR. Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar rápidamente el tratamiento y las intervenciones, utilizando datos recopilados de fuentes nacionales para atender mejor las necesidades de los pacientes.
Los valiosos hallazgos también pueden allanar el camino para diseñar ensayos clínicos, lo que conduce en última instancia a mejores resultados y tasas de supervivencia para los pacientes pediátricos con cáncer en los años venideros.